EL DOLOR.
El dolor es una sensación desagradable que se concentra en alguna parte del cuerpo. Se describe a menudo como un proceso penetrante o destructivo de los tejidos (p. ej., lancinante, quemante, constrictivo, desgarrante u opresivo) o como una reacción emocional o corporal (p. ej., terrorífico, nauseabundo, asqueante). Además, todo dolor moderado o intenso conlleva ansiedad y el deseo imperioso de eludir o de suprimir esa sensación. Estas características se corresponden con la dualidad del dolor, que es tanto una sensación como una emoción. Los dolores agudos se caracterizan por producir un estado de excitación y de estrés que conlleva una mayor presión arterial, de la frecuencia cardiaca, del diámetro pupilar y de las concentraciones de cortisol en plasma. Además, suele haber contracciones musculares locales (p. ej., flexión de los miembros, rigidez de la pared abdominal).
Tipos
de Dolor.
Dolor Nociceptivo
o Somático:
El dolor asociado al daño tisular se
denomina nociceptivo o somático. El dolor nociceptivo puede ser agudo y
remitente o crónico y persistente. Este tipo de dolor está mediado por las
fibras A delta y C aferentes del sistema sensorial que responden a los
estímulos nocivos y está modulado por los neurotransmisores y los procesos
psíquicos. Entre los neurotransmisores moduladores se encuentran las
endorfinas, las histaminas, la acetilcolina, y monoaminas como la serotonina,
la noradrenalina y la dopamina. Estos nociceptores aferentes pueden
sensibilizarse por los mediadores inflamatorios.
Dolor Neuropàtico:
El dolor producido por la lesión del
sistema nervioso periférico central se denomina neuropàtico. Con el tiempo, el
dolor neuropàtico se independiza del traumatismo inicial para adquirir una
cualidad urente, lancinante o relampagueante y persistir una vez curada la lesión original. Los mecanismos propuestos del dolor neuropàtico comprenden
el daño cerebral o medular (sistema nervioso central) causado por ictus o traumatismos;
los trastornos del sistema nervioso periférico que determinan un atrapamiento
con presión de los nervios raquídeos, los plexos o los nervios periféricos, y los
síndromes de dolor referido que aumentan o prolongan la respuesta dolorosa a
los estímulos desencadenantes. Estos desencadenantes inducen, al parecer, cambios
en el procesamiento de la señal dolorosa a través de la plasticidad neuronal;
el resultado es un dolor que persiste después de que se cura la lesión inicial.
Dolor Psicógeno e Idiopático:
El dolor psicógeno se relaciona con
los numerosos factores que influyen en la notificación de dolor por el
paciente: trastornos psiquiátricos como la ansiedad o la depresión, personalidad
y estilo de afrontamiento, normas culturales y sistemas de apoyo social. El
dolor idiopático es un dolor sin una etiología conocida es decir sin una causa
que se conozca.
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